domingo, 10 de octubre de 2010

UNA CAMA VACIA

En una noche de sobriedad, nada cambia, nada es como le gustaría que fuera, mirando alrededor, en la inmensidad de su cama, que noche tras noche es el nido de los recuerdos lejanos. De vez en cuando, en los rincones de un bar encuentra una mirada, una voz profunda, que le promete eternidad, una noche intensa, y al final, el le lee fragmentos de un libro que lo distrae en sus momentos libres, ambos recostados en la eternidad, que se volverá un fragmento mas de sus recuerdos, luego en un instante de compasión el voltea a verla, le entrega una mirada profunda, llena de nostalgia, para nunca mas volverla a ver y así cada noche recorre los bares de la ciudad para encontrarse con las mismas miradas, aquellas que le prometen eternidad, para luego alejarse con un cacho de nostalgia, con el deseo de un cuerpo donde anidar sus sueños.

En esta noche de sobriedad, cansada de la inmensidad de su cama, va a buscar entre sus cosas, su cajita de eternidad y se pregunta que rumbo tomo el mundo que la trajo hasta este lugar, mirando ese extraño rostro, preguntándose ¿Quién es?, ¿que fue de ella? Y sigue buscando su eternidad, cuando su rostro vuelve a golpear la realidad y se encuentra una noche mas durmiendo en una cama vacía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario